Slim Aarons [Fantomatik blog]
En este verano que algunos agoreros o Casandros post litteram han querido presentar como el "último" antes de la crisis definitiva que nos pondrá aún más en manos de la casta política que nos anuncia "sufrimiento" (pero sin añadir, como señala Juan Ramón Rallo que será ella la que nos lo impondrá -escuchaba un día a un locutor de France Culture diciendo que intentaba fregar con agua fría, aunque el resultado no era el mismo, y comentando, con cierto entusiasmo, que las medidas de ahorro para la ciudadanía que empiezan como consejos podrían volverse coercitivas-), no ha faltado, contra lo aparentemente previsible, la tensión informativa. Se ha oído hablar de una serie de leyes como las llamadas del sí es sí, o la de protección animal, pero casi nadie parece escandalizarse de que sea el poder ejecutivo el que legisle y que los paniaguados diputados de cada partido se limiten a sancionarla o rechazarla según las indicaciones de sus jefes a dedo alzado, señal inequívoca de que no estamos en una democracia.
Así en agosto Rubén Gisbert analiza la nueva LEY de COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL, que establece una serie de obligaciones, restricciones y prohibiciones a los influencers, streamers, vloggers... bajo amenaza de multas y embargos. Dicha ley entiende que afectará también a los que tengan su residencia en Andorra, si tienen vínculos económicos con España. Resulta particularmente alarmante que lo que el gobierno de turno (pues aquí se han dado la mano PSOE y su marca blanca, PP) considere como contrario a los principios ideológicos que impone socialmente será sometido a sanciones administrativas, es decir, a a indefensión y a la arbitrariedad más sangrante.
Ilya Topper reflexiona sobre la política de inmigración de la UE y su tratamiento de los ilegales, siempre de actualidad en estas fechas: "Las mafias no son solo aquellas que les han cobrado miles y miles de euros dándoles vueltas por media África antes de embarcarlas en alguna patera. O en más de una: cada intento se paga, a más fracaso, más ganancia. También son los empresarios españoles que siguen buscando exactamente esta mano de obra ilegal [...] Un ilegal no puede protestar. No tiene derechos laborales. No puede sindicarse. Es un trabajador amedrentado, dócil, explotable [...] Siempre será un paria, un intocable, un indeseable. Encerrado en un gueto, su trabajo es un trabajo forzado. Esta es la filosofía que subyace tras la política de vallas y policías: evitar que haya trabajadores legales y procurar que los haya ilegales. Es una política común a toda la Unión Europea. E igual que la negativa a legalizar las drogas demuestra el poder de los clanes del narcotráfico —su negocio es la prohibición—, la negativa a legalizar la inmigración demuestra el poder de los círculos ultracapitalistas decididos a sacar el máximo rendimiento al trabajador, al estilo de las peores épocas de la Revolución Industrial. Hipotecando el futuro de todo el continente." El autor encuentra un reproche fundacional que hacer a la izquierda (indefinida): "Esto no es lo peor. Lo que no perdono a la izquierda es que, además, colabora con el discurso de la ultraderecha, que a los inmigrantes de cualquier país vagamente musulmán los considera terroristas en potencia y conquistadores a sueldo de Mahoma, aunque sabemos que la inmensa mayoría de atentados islamistas cometidos en Europa no fueron obra de inmigrantes sino de hombres nacidos y criados en Europa, producto del gueto europeo que con tanto ahínco alimentan las políticas de ilegalización. Pero en este caso, la izquierda no solo colabora con el discurso sino que directamente coloca las bases para hacerlo posible: financiando mezquitas, pagando a imanes, apoyando a predicadores islamistas que llama "moderados". Crea, con dinero público destinado a fomentar la religión como marca segregadora, las bases para que la inmigración se pueda convertir en el auténtico problema social que la derecha dice que es".
Ignacio Ruiz Quintano hace burla de K. Schwab, promotor de la Agenda 2030, y de sus dislates: "[...] Nada aterroriza como una peste. ¿Cómo justificar científicamente una peste al año? Con el cambio climático La cara visible de esta “luz de gas” es un tipo con cara de huevo que llama Gran Reinicio a su plan para dejarnos arreglado a los demás este mundo antes de irse él al otro, que ya está tardando. Su Huevo de Colón es que en este mundo sobramos casi todos, idea más vieja que el propio Schwab. “No tendrás nada y serás feliz”, es el lema de la Agenda 2030 de la gentil Lilith. Cuantos menos quedemos, a más tocaremos en el reparto. –Para que esa élite pueda ser plenamente satisfecha, una masa de personas tiene que morir –escribe Burckhardt en pleno XIX–. Se trata de la meta del “buen” vivir de la Francia moderna. Schwab es un pobre idiota, al lado de un Antonelle, glosado por Taine al hablar de las ideas sociales de los terroristas jacobinos. Para consolidar la Revolución, Antonelle propone “la igualdad aproximativa de los bienes”, y para eso era necesario “supprimer un tiers de la population” [...] De esta manera, para Burckhardt, se revela la nueva Francia (reencarnada hoy en la farsa española): no hay intenciones de imponer ni el comunismo ni el socialismo (como siglo y medio después sostiene aquí nuestra nobleza baturra), pues sólo conduciría a una miseria general y a la igualdad de placeres, cuando lo que se desea es una igualdad de derechos, “con la tácita reserva de convertirse en el amo de los otros”. –El único deseo es una nueva propiedad privada: un poco más uniforme, pero considerable. Chez Montero, para ir empezando."
Francisco Lázaro analiza la polémica visita de Nancy Pelosi a Taiwán y su relación con la guerra de Ucrania: "El viaje de la presidenta del Congreso Nancy Pelosi a Taiwan ha sido visto por numerosos analistas como una especie de juego peligroso, que no sirve más que para complicar la situación en la coyuntura de crisis y tensiones desencadenada por la guerra de Ucrania. Esto es en parte verdad. Pero para ser justos, hay que admitir que a Washington no le quedaba otro remedio que dar el paso. No ir a Taiwan habría sido visto como un gesto de debilidad. El juego inmisericorde de la geopolítica obliga a hacer movimientos te guste o no. Y lo que tocaba, en tales momentos, era aprovecharse de la debilidad de un gobierno chino que se encuentra muy debilitado por la crisis y la incapacidad de superar las complicaciones del último rebrote del Covid [...] La crisis de Taiwan, que se salda con un aplastante triunfo diplomático de Estados Unidos, viene bien para preparar una salida negociada al conflicto de Ucrania. Esto, como ya predije al comienzo de la guerra en Europa Oriental, tendrá lugar en un sentido que satisfaga los intereses de Rusia, la cual conseguirá sus dos objetivos principales: (i) mantener a Ucrania neutral y (ii) fuera de la OTAN. Pero también -lo más importante- se cumplen otras dos importantes expectativas norteamericanas: (i) impedir la derrota de Rusia (a quien necesitan como contrapeso geopolítico frente a China y para luchar contra el Estado Islámico en Irak y Siria), y (ii) separar a Europa de Rusia, obligando a ambas a cortar relaciones económicas, líneas de suministro de gas y materias primas y los hilos de una excesiva interdependencia bancaria." Al tiempo que señala el penoso papel que juega la UE: "Por los servicios prestados a Washington, quizá una destacada minoría de sus dirigentes (Von der Leyen, Josep Borrell y otros) salgan beneficiados en lo personal, recibiendo despachos y puestos bien pagados en el FMI, el Banco Mundial y otras instituciones internacionales. Pero el grueso de la ciudadanía ni se enterará de lo que ha pasado. Seguirá perreando para llegar a fin de mes, recibiendo su dosis habitual de adoctrinamiento progre. Mirará embobada las fotos de Celensqui en Vogue, discutirá sobre temas de inclusividad o extraerá conclusiones equivocadas del racionamiento energético y el alza de los precios de la gasolina. Y por supuesto, la culpa de todo la seguirán teniendo Franco y Putin. Maravillémonos de la ilimitada ingenuidad de todas estas gentes que votan, pagan impuestos y adornan con floridas y multicolores banderitas sus cuentas de Twitter. Sin embargo, en el fondo no se trata de problemas ideológicos ni de opinión, sino simplemente de algo tan simple como quién hace las cosas bien y quién no."
Ignacio Ruiz Quintano recuerda la naturaleza del Estado de partidos en España rememorando al escritor Wittfogel: "En tanto que Estado de Partidos, España, donde los ladrones vuelven a ser gente honrada, como en la comedia de Jardiel, es una autocracia paliada por el incumplimiento, según dijera Gabriel Maura de la dictadura del Cromwell ferrolano. –Un gobierno es absolutista si su mando no está controlado por fuerzas no gubernamentales. El gobernante de un régimen absolutista es un autócrata si sus acciones no son frenadas por fuerzas intragubernamentales. He aquí el matiz que establece Karl A. Wittfogel, comunista que cayó en la cuenta del “despotismo oriental” con motivo del pacto Hitler-Stalin y huyó a América. Los jefecillos de gobierno que se suceden en España son, pues, autócratas que viven al margen de la Constitución (que es como la hoja de periódico con que los mendigos de Mingote, nosotros, se tapaban para dormir en un banco de la calle) y que con una simple orden ejecutiva confinan ilegalmente a la población o prohíben la lengua oficial de la Nación: España debe ser descompuesta antes de ser repartida."
Luis Escribano en su artículo "El SAS mantuvo la ilegalidad denunciada por la Intervención General y continuó efectuando pagos indebidos" denuncia otro caso de corrupción en el Servicio Andaluz de Salud, que no es más que otra manifestación de la dañina partidocracia. La conclusión de Luis Escribano en su nueva denuncia de corrupción es clara y contundente: "¿Piensan ustedes que este tipo de prácticas ilegales ya se han acabado en el SAS? Como reitero en mis artículos, este tipo de escenarios es el habitual con este sistema partidocrático: una corrupción sistémica que nadie corrige, pues todas las instituciones están controladas por los partidos políticos para beneficio propio, sin que existan mecanismos que puedan evitarlo. Da igual que un funcionario denuncie reiteradamente en sus informes graves ilegalidades, porque las autoridades competentes que tienen el deber legal de actuar no lo hacen, dado que estas saben que no sufrirán consecuencias punitivas. Y da igual el partido que gobierne, pues ninguno actuará para poner fin a estos abusos de poder. ¿Puede alguien imaginarse a un partido gobernante restándose poder y, por tanto, perdiendo los beneficios que obtiene? Yo no puedo. Los humanos no somos ángeles, y si lo fuéramos, no serían necesarios los gobiernos (Madison dixit). Sólo la mayoría de la nación o pueblo español podría evitar estos abusos de poder. Seguir votando listas elaboradas por los partidos sólo conseguirá perpetuar el sistema partidocrático y su corrupción inherente, pues los españoles seguiremos sin controlar el poder Legislativo y, por tanto, tampoco el poder Ejecutivo, dado que ambos están íntimamente entrelazados. Mientras más tarde esa mayoría en descubrirlo, más tiempo sufriremos todos sus dañinos efectos."
Marcelo Gullo, politólogo y escritor argentino, analiza junto a Santiago Armesilla las relaciones entre geopolítica y Leyenda Negra desde los tiempos de la Monarquía Hispánica hasta la actualidad. Señalan cómo sigue vigente aquélla como instrumento de balcanización de las actuales repúblicas hispanoamericanas a cargo de la oligarquía económica transnacional (un tribunal cuyos miembros tienen las manos manchadas de sangre, la vertida por los imperios depredadores inglés, holandés, belga y francés) en nombre del indigenismo, tal como en el pasado lo fue de la disgregación de la Hispanidad. Critican el término "Latinoamérica" como otro ejemplo de ese borrado de las "señas de identidad" de Hispanoamérica, producto de la diplomacia imperial decimonónica francesa. Insisten, finalmente, en la necesidad de seguir luchando contra la Leyenda Negra, como medio de una insubordinación fundante de las naciones hispano y lusófonas contra ese capitalismo globalista de matriz anglosajona.
Hásel-Paris Álvarez señala a los autores intelectuales del asesinato de la hija del filósofo ruso Alexander Dugin: "No conocemos aún la identidad de los autores materiales del criminal atentado, pero yo creo que ya es posible identificar a los autores intelectuales. Es decir, a los primeros responsables de poner a Dugin y a su familia en la diana, de demonizarlos y deshumanizarlos. Señalo claramente a la mayoría de las grandes cabeceras occidentales, tanto a los generalistas (cuya ignorancia muchas veces es palmaria) como a los supuestos especialistas (que en demasiadas ocasiones no dominan los fundamentos de la geopolítica). La inmensa mayoría ha definido a Dugin repetidas veces como “el cerebro de Putin”, su “autor de cabecera”, “el hombre que susurra en su oído” y demás fórmulas que se copian unos a otros. Esto equivalía a colocar sobre Dugin y su familia una condena a muerte, ya que Putin es hoy el líder más odiado y amenazado por Occidente. Además, mientras que Putin está escoltado, un escritor y sus seres queridos carecen de protección". Falsa atribución que permitía, empero, trazar un paralelismo Dugin-Rasputin, según el articulista, que sigue señalando responsables: "Los esbirros de Wall Street y de la City of London, es decir, los gobiernos de Estados Unidos y el gobierno de Reino Unido, también son destacados autores intelectuales del atentado. Desde 2014, varios estados occidentales han decidido que no solamente es legítimo sancionar económicamente a países enteros, sino también a individuos particulares, como usted o como yo. Esto implica que se les confisquen los bienes personales y se pueda vulnerar su libertad de movimiento [...] Nuestros países han pasado de la guerra militar y económica a la guerra cultural, suspendiendo funciones de ballet en Alemania, aplazando cursos literarios sobre Dostoievsky en Italia o retirando el cine de Tarkovsky en España. A partir de esta “rusofobia” queda instalada la idea de que los pensadores también son un objetivo a batir mediante cualquier método. Pero más allá del gobierno de turno, los grandes autores intelectuales del atentado son sus amos: las organizaciones globalistas, como la Unión Europea o la OTAN. La supuesta “superioridad” de Occidente sobre Rusia, China o Irán consistía en que nosotros protegemos las ideas, la opinión y las libertades. Pero ahora, los poderes “europeístas” y “atlantistas” promueven abiertamente que es legítimo perseguir las ideas, convertir a opinadores en un objetivo de guerra, hacer saltar por los aires todas las libertades de expresión e información [...] Entre las webs cuyo acceso se ha restringido en Occidente están, precisamente, la Geopolitika de Dugin y la United World International de su difunta hija. El primer paso para su desaparición física ha sido su desaparición digital. Los verdaderos terroristas que han condenado a Dugin y a Daria, en definitiva, son todos estos poderes mediáticos, económicos, estatales y globales. La mano que haya detonado la bomba será de algún ucraniano, británico, ruso o checheno, pero será solamente la mano que ha ejecutado la sentencia que fue dictada por todos aquéllos".
Buen comienzo de septiembre para todos, que es el verdadero principio del año.
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