La 1ª República fue un periodo muy agitado de la historia de España, consta en realidad de dos tiempos inferiores al año en ambos casos:
Entre el 11 de Febrero de 1873 al 3 de Enero de 1874 y entre el 3 de Enero de 1874 al 29 de Diciembre de 1874.
- A las tres de la tarde del 11 de febrero de 1873, el Congreso y el Senado, constituidos en Asamblea Nacional, proclamaron la República por 258 votos contra 32.
- Fue nombrado presidente del Poder Ejecutivo al republicano federal Estanislao Figueras que estaría al frente de un gobierno pactado entre los radicales y los republicanos federales e integrado por tres republicanos -Emilio Castelar en Estado; Francisco Pi y Margall en Gobernación; y Nicolás Salmerón en Gracia y Justicia- y cinco radicales -José Echegaray en Hacienda; Manuel Becerra y Bermúdez en Fomento; Francisco Salmerón en Ultramar; el general Fernando Fernández de Córdoba en Guerra y el almirante José María Beránger en Marina-. Cristino Martos fue elegido presidente de la autoproclamada Asamblea Nacional, "el verdadero poder en una situación de Convención", por 222 votos frente a los 20 que reunió Nicolás María Rivero.
Estanislao Figueras desempeñó el cargo de Presidente del Poder Ejecutivo (jefe de Estado y Gobierno) pero no el de Presidente de la República, pues nunca se llegó a aprobar la nueva Constitución republicana.
El primer gobierno de la República tuvo que afrontar una situación económica, social y política complicada:
- Con un déficit 546 millones de pesetas, de los cuales 153 millones eran de pago inmediato y solo tenían 32 millones.
- El Cuerpo de Artillería había sido disuelto en el momento de mayor virulencia de la Tercera Guerra Carlista.
- La guerra contra los independentistas cubanos, para las que no había suficientes soldados, armamento ni dinero.
- Una grave crisis económica, coincidente con la gran crisis mundial de 1873 y agudizada por la inestabilidad política.
- El problema más urgente que tuvo que atender el nuevo gobierno fue restablecer el orden que estaba siendo alterado por los propios republicanos que habían entendido la República como una nueva revolución y se habían hecho con el poder por la fuerza en muchos lugares, donde habían formando "juntas revolucionarias" que no reconocían al gobierno de Figueras.
- "En muchos pueblos de Andalucía la República era algo tan identificado con el reparto de tierras que los campesinos exigieron a los ayuntamientos que se parcelaran inmediatamente las fincas más significativas de la localidad.
- En casi todos los lugares la República también se identifica con la abolición de las odiadas quintas, promesa que la Revolución de 1868 no había cumplido.
A los 13 días Figueras formó su segundo gobierno, llamado “de los pájaros” por los ministros Pi, Tutau, Sorní y Chao. Los problemas continuaron y Figueras presentó su dimisión ante las Cortes el 24 de Febrero. Tras este día uno varios intentos de golpes de estado. El 8 de Marzo volvían a proclamar el Estado Catalán, como ya habían hecho el 12 de Febrero y como en aquella ocasión con tan solo un telegrama de Pi y Margall desde Madrid les hizo desistir. El 1 de junio de 1873 se abrió la primera sesión de las Cortes Constituyentes bajo la presidencia del veterano republicano José María Orense y comenzó la presentación de propuestas. El 7 de junio se debatió la primera de ellas, suscrita por siete diputados, que decía:
Artículo único. La forma de gobierno de la Nación española es la República democrática federal.
A pesar de que los republicanos federales gozaban de una mayoría aplastante en las Cortes Constituyentes, en realidad estaban divididos en tres grupos:
- Los "intransigentes" con unos 60 diputados formaban la izquierda de la Cámara.
- Los "centristas" liderados por Pi y Margall.
- Los "moderados" constituían la derecha de la Cámara y estaban liderados por Emilio Castelar y Nicolás Salmerón.
El 10 de Junio Figueras salió a dar un paseo y cogió el tren en Atocha y no se bajo hasta Paris. Francisco Pi y Margall se queda encargado de formar gobierno.
El programa de gobierno que presentó Pi y Margall ante las Cortes se basaba en:
- la necesidad de acabar con la guerra carlista.
- la separación de la Iglesia y el Estado.
- la abolición de la esclavitud y las reformas en favor de las mujeres y los niños trabajadores.
La inoperancia del gobierno a causa de la labor de bloqueo que realizaban los ministros "intransigentes" hizo que se presentara en las Cortes una proposición para que se concediera al presidente del Poder Ejecutivo la facultad de nombrar y destituir libremente a sus ministros. La respuesta de los "intransigentes" a la política de "orden y progreso" del gobierno de Pi y Margall fue abandonar las Cortes el 1 de julio. Se inicio una revolución cantonal. Pi y Margall no pudo con ello y fue depuesto el 17 de Julio y sustituido por Nicolás Salmerón, que fue elegido Presidente del Poder Ejecutivo con 119 votos a favor y 93 votos en contra.
Su gobierno realizo la represión de la rebelión cantonal destituyendo gobernadores, alcaldes y militares que habían apoyado a los cantonalistas. El lema del gobierno de Salmerón fue el «imperio de la ley». El 5 de Septiembre se le presento para su firma, la ejecución a pena de muerte de 8 soldados que se pasaron al bando Carlista y prefirió dimitir antes de manchar su conciencia. En la decisión de Nicolás Salmerón de dimitir también pudo pesar la conducta del general Pavía de continuo desafío a su autoridad. El nuevo presidente del Poder Ejecutivo Emilio Castelar continuó resistiendo a la presión de Pavía.
El 7 de septiembre, fue elegido para ocupar la Presidencia del Poder Ejecutivo Emilio Castelar, partidario de la república unitaria, catedrático de Historia y destacado orador, por 133 votos a favor frente a los 67 obtenidos por Pi y Margall. Castelar había quedado hondamente impresionado por el desorden causado por la rebelión cantonal. Tras la suspensión de las Cortes Castelar inició su proyecto de acercamiento a las clases conservadoras, sin cuyo apoyo, según Castelar, la República no podría perdurar ni siquiera alcanzar la estabilidad política para poder hacer frente a las tres guerras civiles en que estaba envuelta -la de Cuba, la carlista y la cantonal-. Cuando se reabrieron las Cortes a las dos de la tarde del 2 de enero de 1874 el capitán general de Madrid, Manuel Pavía, tenía preparadas a sus tropas para el caso de que Castelar perdiera la votación parlamentaria.
Pasada la medianoche se produjo la votación de la cuestión de confianza en la que el gobierno salió derrotado por 100 votos a favor y 120 en contra, lo que obligó a Castelar a presentar la dimisión. Pavía entro con fuerzas de la Guardia Civil y del Ejército en el edificio del Congreso disparando tiros al aire por los pasillos y los diputados lo abandonaron rápidamente. Más tarde envió un telegrama a los jefes militares de toda España en el que les pedía su apoyo al golpe. El general Pavía intentó que se formara un "gobierno nacional" presidido por Emilio Castelar que rehusó asistir al no querer mantenerse en el poder por medios antidemocráticos.
Estos hechos supusieron el final de facto de la Primera República, aunque oficialmente continuaría casi otro año más, con el general Serrano al frente nominalmente de la República. El general Francisco Serrano, formó un gobierno de concentración que agrupó a constitucionales, radicales y republicanos unitarios, y del que se excluyó a los republicanos federales.
Quedó así establecida la dictadura de Serrano pues no existían Cortes que controlaran la acción del gobierno al haber quedado disueltas las Cortes republicanas ni ley suprema que delimitara las funciones del gobierno, porque se restableció la Constitución de 1869.
"Cánovas no deseaba que la Restauración fuera obra de un partido, del Ejército o de un grupo de éste, ni de una elección parlamentaria o pronunciamiento militar", pero el 29 de diciembre de 1874, el general Arsenio Martínez Campos se pronunció en Sagunto a favor de la restauración en el trono de la monarquía borbónica en la persona de don Alfonso de Borbón, hijo de Isabel II. Luego Martínez Campos telegrafió al presidente del gobierno Sagasta y al ministro de la Guerra Francisco Serrano Bedoya, quienes a su vez se comunicaron por vía telegráfica con el presidente del Poder Ejecutivo de la República, el general Serrano, que se encontraba en el Norte combatiendo contra los carlistas. Serrano les ordenó no resistir y el gobierno aceptó la decisión sin protestar, por lo que no ofreció ninguna resistencia cuando se presentó en la sede del gobierno el capitán general de Madrid Primo de Rivera, implicado en el pronunciamiento, y les ordenó disolverse.
Bibliografía:
- Historia Total de España de Ricardo de la Cierva.
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