sábado, 31 de octubre de 2020

REVISTA DE PRENSA (Octubre de 2020)

 



André Kertész



"The Economist" culpa a la "venenosa" clase política española por el deterioro de la pandemia y de la economía.  Partidocracia venenosa: es, en sí, una redundancia. El gobierno de turno se fue de vacaciones tras decretar la victoria sobre el virus, y pasar la patata caliente a los cacicatos autonómicos para que fueran éstos los que se quemaran en sus encuestas de imagen. La masa de borregos votantes se creyó lo de la "nueva normalidad", lo que facilitó que la consecuente avenida de contagios, favorecida por la inconsciencia y la falta de medidas tomadas por las administraciones (que para eso están, de paso), arruinara el turismo, y que la llegada de septiembre y la vuelta a la actividad educativa y laboral no haya visto ninguna tregua, sino todo lo contrario. Mientras tanto, asistimos a la egoísta disputa por el poder de las facciones del Estado -los partidos-, a los que sus súbditos siguen sin importarles, según su lógica diabólica, un pimiento.

Iglesias sobre el 'caso Dina': "Ni como mera hipótesis concibo ser imputado por el Supremo". Iglesias, como oligarca aforado por el régimen partidocrático, se siente muy seguro de no ser imputado. De hecho es así: independientemente de su culpabilidad o inocencia, después de la petición del juez, la fiscalía elevará un informe, no vinculante para el tribunal supremo (cuyos miembros son elegidos por el CGPJ elegido a su vez por... los partidos del régimen) que pedirá (o no) el suplicatorio para que el oligarca en cuestión sea procesado al parlamento quien votará... si lo otorga o no. Los privilegios que se autoconcede la casta partidocrática la aparta radicalmente de los súbditos. El aforamiento sólo debería proteger a los políticos democráticos en el ejercicio de su labor parlamentaria; fuera de ello, es una excepción a la ley general, es decir, un privilegio.

Ruben Gisbert señala las incongruencias y contradicciones del gobierno estatal y del autonómico en el episodio del estado de alarma en Madrid, en su lucha por quedar uno mejor que el otro de cara a la opinión publicada, intentado ocultar así su senda incompetencia. El Estado de partidos y sus facciones, los partidos políticos, ponen así en evidencia que su verdadero interés es el poder y no la salud pública. No es de extrañar, pues, que España se encuentre a la cola en el tratamiento de la pandemia, dado que nuestra partidocracia, incluso comparada con la italiana, ha adquirido un tinte particularmente mafioso en su manejo de una sociedad civil particularmente sumisa.

La Asociacíón Europea de Jueces muestra su "gran preocupación" por los planes del gobierno para renovar el Poder Judicial. La Asociación Europea de Jueces no parece darse cuenta de que la ausencia de independencia del poder judicial es la misma tanto si hace falta los 3 quintos de las cámaras como la mayoría absoluta para la renovación del CGPJ (que no existe en otros países) que pretende el actual gobierno partidocrático, pues los miembros de aquél son propuestos por los partidos del régimen, rompiendo así uno de los dos principios de la democracia representativa (que no existe en España), la separación de poderes. Antonio García-Trevijano proponía la elección por el mundo de la judicatura del llamado poder judicial. En estas elecciones, en las que intervendrían todos los implicados en la Administración de Justicia, es decir, magistrados, jueces, fiscales, funcionarios, abogados y procuradores en activo, incluso notarios y registradores, se elegiría al presidente del Consejo de Justicia y éste a los miembros del Consejo.

Sánchez baja a la batalla cuerpo a cuerpo contra Vox. El Diario principal apoyo del PSOE presenta al presidente del gobierno partidocrático como un héroe épico que se digna mancharse las manos en un combate "cuerpo a cuerpo" contra la "ultraderecha" en su moción de censura......mientras que otro viejo medio favorable al P.P. (Abascal apuntala su discurso y deja vía libre al P.P. para ocupar el centro derecha) señala la ventaja de resaltar la "moderación" de este partido del régimen contra los "populismos" a su "derecha". La partidocracia monta así periódicamente su propio circo para seguir en el candelero. Como una especie de "Sálvame" parlamentario, los seguidores, aliviados de la costumbre de pensar en su propia libertad, de las Pantojas y Belenes parlamentarias reciben su ración de odio, que esparcen como aerosoles por las redes y menguados bares, a través de los medios al servicio del Estado de Partidos. Pero todo es mentira: la ideología está en la sociedad, no en los partidos neofranquistas que viven por igual de este régimen oligárquico basado en la no separación de poderes en origen, con elecciones separadas para cada uno, única garantía de una verdadera democracia, pues a la demagógica democracia de la igualdad se apuntan todos. Todo esto mientras que miles y miles siguen perdiendo su trabajo, y/o infectándose bajo la negligencia de la casta partidocrática. Hasta que las mentiras de la falsa confrontación ideológica -que sólo lo es por poder- quede en evidencia incluso para el forofo más dado a la servidumbre, y todo explote en medio de la catástrofe económica.

Álvarez de Toledo desvela que varios diputados del P.P. querían abstenerse o votar 'sí' en la moción de VOX. Esta falsa rebelde de la política, verso suelto o, mejor dicho, ripio de la obediencia debida al jefe del partido en cuestión, afirma que varios diputados tenían distinta opinión respecto al Lidercillo en cuanto al publirreportaje partidocrático o "moción de censura" de los pasados días, diputados que, por otra parte, sólo están para votar de acuerdo con la opinión de su Empleador o caudillito de facción, aunque curiosamente, la Carta Otorgada del 78 (una falsa constitución, por negar la separación de poderes y no provenir de unas Cortes Constituyentes, lo que hasta el más obtuso siervo voluntario y partidario-votante de este régimen podría entender si saliera de su siesta ideológica) prohíbe en su artículo 67.2 el mandato imperativo, lo que haría nulas todas las leyes aprobadas desde esa infausta fecha. Indignamente, la obediente diputada intenta conservar cierta apariencia de dignidad afirmando que los diputados discordantes pudieron, a su vez, cambiar de opinión tras escuchar los discursos finales de los Monarcas partidocráticos en disputa. Aleluya, la fuerza de la Palabra.

Los partidos españoles frenan un pleno del Parlamento Europeo sobre el Poder Judicial. No debe extrañar que los dos partidos puntales del régimen del 78 junto al partidito bisagra al gusto del consumidor se alíen para defender el ordenamiento de la oligarquía del Estado de Partidos que es el mismo que el del Franquismo, es decir, la separación de funciones que no la de poderes en origen, pues Estado de Derechos son entrambos al existir un sistema legal.

PSOE y PODEMOS dan a la Casa Real la mayor subida presupuestaria en una década. No es de extrañar que los -falsos- republicanos del gobierno den aún más dinero a la Casa Real, pues, a pesar de los presuntos "agravios" que según algunos ilusos le hacen aquéllos al Rey, éste sigue siendo la clave de bóveda del régimen partidocrático, su mejor símbolo en su peor aspecto: la corrupción. Pues, como digno heredero del Demérito, no hace nada por defender a la comunidad nacional de la casta partidocrática que la explota, siendo su principal preocupación mantener el statu quo en beneficio de su propia Familia.

Ruben Gisbert señala la ilegalidad del Estado de Alarma decretado por el gobierno, pues la suspensión del derecho fundamental de libre circulación por el territorio nacional según indica la propia Constitución del 78 sólo puede hacerse bajo los estados de excepción y/o de sitio, regulados en su artículo 55; serían asimismo ilegales su declaración por seis meses sin control parlamentario, y la delegación de la proclamación del toque de queda a los cacicatos autonómicos. Estas acciones resultan ilustrativas de la arbitrariedad del poder en el régimen partidocrático, carente de control, como en el régimen franquista, del que supuso una mera reforma con un enlucido de libertades individuales, que tal como fueron graciosamente concedidas, pueden ser igualmente retiradas, como vemos ahora con ocasión de la pandemia. Otra cuestión, en mi opinión, es negar la existencia de ésta o la desafortunada idea de llamar 'bozales' a las mascarillas, muestra de una sociopatía insolidaria, ignorante, y obtusa, que resulta perjudicial para la lucha por la libertad política colectiva.


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