martes, 29 de septiembre de 2020

REVISTA DE PRENSA (Septiembre de 2020)


 

André Kertész


Arrimadas sale en defensa del PP: "Me gustaría que el gobierno tratara mejor a Casado"Decía Antonio García-Trevijano que el centrismo es una postura de gobierno, no ideológica. Pero es lo que intenta hacer este partidito inmoral, nacido para ser bisagra del consenso de los dos grandes sostenedores del régimen partidocrático, PP y PSOE, pidiéndoles indignamente "que se traten bien", y que no olviden que son cabezas de la Hidra nunca muerta del partido único del Franquismo, en su paso de dictadura a la oligarquía de partidos que sufrimos actualmente, y que responde al modelo impuesto por E.E.U.U. en Europa tras la Segunda Guerra Mundial.

La factura de la guerra cultural de Iván Redondo. Hablar de "guerra cultural" me parece una manera de ennoblecer nominalmente lo que no es más que el falso enfrentamiento ideológico que quieren trasladar a la sociedad civil los partidos del régimen partidocrático. Como no son una sociedad política intermedia entre la sociedad civil y el Estado, que permita que la nación se dé sus propias leyes, suscitan la ilusión de que encarnan posturas ideológicas contrapuestas, para lo que se sirven de una legión de creyentes-votantes idiotizados y "sentimentalizados" que piensan que hay partidos mejores que otros, cuando el objetivos de todos ellos, al no representar a los ciudadanos, es conseguir parcelas de poder del Estado.

¿Sobran políticos? Italia vota para quitar la poltrona a un tercio de senadores y diputados. Sobran todos si no representan a la comunidad nacional como ocurre en las partidocracias italiana y española, gracias al sistema electoral proporcional de listas de partido. Bastaría que los líderes de los cinco, seis o siete partidos del régimen se reunieran en el parlamento y allí decidieran con sus porcentajes de voto, pues sus diputados de obediencia debida no actúan más que como repetidores de sus decisiones previas.

Teresa Rodríguez defiende la baja por paternidad de Kichi. "Que renuncia -dice esta oligarca del régimen de su pareja, el alcalde de Cádiz- a una cómoda vida de profe de secundaria por entregarse a sus vecinos y vecinas sin ganar más que disgustos" ¿Cómoda vida de profe de secundaria? Estas despreciables declaraciones son un insulto directo a los profesores, cuya vida no ha sido por cierto nunca cómoda, con dificultades crecientes y sobrecargas de trabajo que llevan a casa, y que ahora además se juegan la salud y quizás la vida en aulas de 30 alumnos y más, de parte de una político del Estado de Partidos, cuya naturaleza de casta separada de la nación a la que no representan se manifiesta con todo su egoísmo y oligárquica indiferencia en tal desprecio hacia este cuerpo de funcionarios del Estado, carne de cañón que les sirve además para desviar la atención sobre su vida privilegiada, cuya mala conciencia hace que presenten el ejercicio de un derecho como un sacrificio.

El gobierno iniciará la próxima semana la tramitación de los indultos de los presos del 'procès'. Antonio García-Trevijano, parafraseando a Francis Bacon, decía que el indulto es peor que el mismo delito, pues incita a una masa de malhechores a marchar por esa vía abierta de impunidad. El complejo de culpa de los franquistas tuneados en la Transacción y las imposibles y estúpidas pretensiones federalistas del PSOE, copiadas de su propia organización (para que se forme un Estado federal es preciso que existan Estados previos independientes que decidan unirse libremente) han provocado que el separatismo protofascista nunca haya sido perseguido, sino, al contrario, recompensado.

El rey asume en silencio la negativa del gobierno a su viaje a Barcelona. Cosas como estas no ocurrirían si contáramos con un Presidente de la República elegido en sufragio directo por los ciudadanos, con potestades ejecutivas, y no con un rey pelele, don Tancredo de la Partidocracia, cuyo interés principal es mantener su tingladito y el de sus niñas: inversión de futuro, a costa de la nación a la que sus enemigos, que son él -por omisión-, y las facciones del Estado -los partidos-, interesados en dividirla y enfrentarla, pisotean.

Rubén Gisbert señala la prostitución del término "ruptura democrática" que realiza el ya ex presidente de la Generalidad de Cataluña, recordando la auténtica ruptura democrática con el régimen franquista por la que abogaba Antonio García-Trevijano al frente de la Platajunta en 1976, pidiendo la libertad política y unas auténticas Cortes Constituyentes, que no se dieron. Lo que sí obtuvimos, a cambio, fue el régimen antidemocrático de corrupción política y de ninguneamiento de la sociedad civil que sufrimos.