domingo, 28 de febrero de 2021

REVISTA DE MEDIOS (Febrero de 2021)


 

John Kenneth Long



Rubén Gisbert recuerda que los partidos no son una sociedad política que sirva de intermediario entre la sociedad civil y el Estado, sino que viven instalados en éste, nutriéndose del Presupuesto con que alimentan a sus clientelas, y que son, pues, los últimos interesados en que se produzca el más mínimo cambio en las estructuras de poder, y de su recaudación de dinero. Así puede verse que mandan del modo más desvergonzado y criminal a votar a los positivos de coronavirus, pues por cada voto reciben también una subvención.

El caso de la niñera arruina la campaña de Podemos contra los 'youtubers' para el 14-F. El artículo habla de malestar en sectores del partido por los presuntos casos de corrupción de la formación y la presunta utilización de altos cargos para faenas domésticas. Lo más interesante, con todo, es el lema de esa campaña antiyoutubers: "los impuestos construyen la patria" que se antoja la antítesis perfecta de aquel lema de la Revolución Norteamericana, el "no taxation, without representation", el no pagar impuestos sin estar representado en la cámara legislativa, que es precisamente la situación real de la partidocracia española que denuncian también algunos de esos youtubers.

Bárcenas detona su pacto con el PP con un escrito que implica a Rajoy en la caja B. Tomo esta noticia del mismo medio digital que la noticia anterior de la niñera de Podemos, pues éste sí recoge ambas informaciones al contrario que el Diario Oficial de la Mañana (al menos en su versión digital donde no la he podido encontrar). Sólo se engaña quien quiere si piensa que la corrupción de los partidos del régimen no es conocida, e incluso canalizada, por sus más altos dirigentes, que intentan salvar su trasero a costa incluso de promesas que no podrán cumplir (en lo tocante a Bárcenas, que su mujer no entraría en la cárcel) cuando dejen de tener el control directo del ejecutivo (que en el caso de las oligarquías partidocráticas y las dictaduras supone también el del poder legislativo y la potestad judicial).

Elecciones catalanas: Vargas Llosa, Savater y más de 70 intelectuales piden una alta participación el 14-F "para frenar el separatismo". El Diario Oficial de la Mañana, aparentemente disgustado porque los partidos independentista catalanes han firmado un compromiso para no pactar con el PSC del candidato ex ministro de Sanidad -cuya indignidad al usar su exposición mediática como baza electoral sólo está a la altura de la de su gestión ministerial-, habla, sin molestarse en reproducirlo ni siquiera con enlace, de un manifiesto de intelectuales orgánicos que piden una alta participación en las votaciones del 14-F, "para frenar al separatismo", ese separatismo con el que el candidato multiusos deseaba aparentemente formar gobierno, al igual que su Líder lo tiene como aliados en sostén del gobierno estatal. A estos intelectuales metidos a propagandistas electorales no se les ocurrirá denunciar que, por ejemplo, es el sistema electoral consagrado en la Carta Otorgada del 78 -cosa inaudita en una constitución- el que favorece a estas formaciones estatistas, y que, por otra parte, una alta participación puede provocar una alta elevación de contagios en la situación de pandemia en que nos encontramos. Pero esto da igual con tal de consolidar el statu quo en el que ellos cómodamente sobrenadan, y que sólo sirve para dar más poder a las facciones del Estado que son los partidos, y a su naturaleza parasitaria del sujeto constituyente, es decir, la nación.

Alberto Iturralde y Emilio Triviño recogen la actualidad más candente de la aparición en las televisiones generalistas del consenso como Cuatro y La Sexta de los youtubers Rubén Gisbert y Roma Gallardo en defensa de la democracia formal, al criticar que, al no existir ni separación de poderes ni representación política, la altísima e incontrolable presión fiscal existente es ilegítima. Traen, asimismo, a colación las conclusiones de la llamada Declaración de Granada de 35 catedráticos de Hacienda y Derecho Tributario en la que se afirma que "la Hacienda Pública se ha convertido en agente de la razón de estado. Una razón que descansa sobre un solo pilar cual es la recaudación", y a la que se subordina la Ley, la seguridad jurídica, y las garantías y derechos de los contribuyentes. Insisten, finalmente, en apoyar estas iniciativas en Youtube por la libertad política colectiva, que han pulverizado el techo de cristal de su difusión.

En torno a la conmemoración del golpe de Estado del 23-F, es interesante recordar el paralelismo señalado en 2013 por Antonio García-Trevijano (de quien se cumple hoy el tercer aniversario de su fallecimiento) entre este suceso y un episodio de la Revolución Francesa, y las consecuencias que se pueden extraer: "Según García-Trevijano, quien dice basarse en el testimonio de Sabino Fernández Campo, Jefe entonces de la Casa Real, el golpe habría sido promovido por el propio rey, quien deseaba formar un gobierno de concentración nacional, dada la escalada terrorista y la incapacidad de Suárez para resolver la crisis, presidido por el general Armada, y en el que entrarían miembros de las fuerzas políticas, incluidas el PSOE, quien habría dado su aprobación al proyecto. Fue, en cambio, la precipitación del coronel Tejero, quien no habría aceptado la participación del PSOE en el gobierno, lo que hizo dar la vuelta a la tortilla, y que se acabara presentando al propio soberano como víctima de los acontecimientos, igual que en Varennes. Asimismo, la inviolabilidad real recogida en la constitución de 1978, incompatible según García-Trevijano con las reglas de una democracia, demuestra, en paralelo con la aprobada para Luis XVI, la corrupción e indignidad de una clase política, constituida en casta privilegiada bajo el manto protector del rey, -que se siente más legitimado, frente a su condición de sucesor consentido de Franco, instaurador de una nueva monarquía que se saltó el principio de sucesión dinástica encarnado por el padre de Juan Carlos-, al apoyarse en gobiernos de presunta izquierda, como el PSOE, quien será el primero en aceptar su abdicación, por ser de los más comprometidos con el régimen actual. La situación presente, en fin, se asemeja a la de la segunda fase revolucionaria señalada por Mignet, en la que el pueblo es cada vez más consciente de la corrupción de la actual monarquía de partidos".

El PSOE dice que el efecto Illa empezará a notarse más tarde, con el tiempo. El periódico satírico acierta a enunciar una verdad: el electoralmente cacareado "efecto Illa" se diluye ante el compromiso escrito -aunque se sabe que el papel lo soporta todo, sobre todo en Partidocracia- de los partidos independentistas de no pactar con él tras las votaciones catalanas del pasado 14 de febrero. Éstos no sólo no han querido una primera dosis de la vacunILLA que les ofrecía el gobierno nacional, sino que demoran (aparentemente "ad Kalendas Graecas") una segunda. La historia podrá quedar en la constatación -como afirma Gregorio Morán- de que un incompetente accede a otro cargo. El mismo sistema electoral partidocrático, en fin, se ha vuelto en contra del candidato más votado, que si hubiera podido contar con el marco de un sistema democrático mayoritario a doble vuelta con elecciones separadas para el cargo ejecutivo de presidente de la comunidad autónoma, habría contado con una oportunidad. Ahora sólo queda esperar el dilatado pudridero de los pactos del consenso corrupto del Estado de Partidos. Pero todos contentos al final con la partidilla.


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